Y entonces la vida te sacude. Y todo lo que era ya no es. Y todo lo que quise que fuera ya no va a ser. ¿Por qué, por qué me permití soñar? ¿Por qué creer en lo imposible? ¿Por qué cerrar los ojos, por qué negar la realidad? Qué decepción, qué amargura, qué dolor. Tantas noches de amor sumando estrellas a nuestros sueños, tantos momentos volando en la infinidad de lo imposible, haciendo que por un segundo, parezca real. Cuantas ideas cultivadas en lo más profundo de nuestros corazones van a tener que ser arrancadas, destrozadas. ¡Cuánto amor vamos a perder!
Mi vida depende de una eternidad juntos, mi razón de ser y estar la tiene tu sonrisa a la mañana, tu calor en el frío. Mi vida fue vida cuando te encontré. El sentido cambió, me diste color, brillo, pureza. Me diste todas las cosas a las que tanto me aferré, todas las cosas que no me puedo arrebatar sin incinerar mi alma.
Sin dudas del futuro te dije lo que siento: "Quiero pasar cada día de mi vida con vos".
Sin pensar en el futuro construí mi propio obstáculo, mi propio dolor. Te necesito conmigo, te necesito conmigo siempre. Quiero pintar las paredes de nuestra casa, quiero sentir tu olor en las mañanas incluso antes de abrir los ojos. Quiero acostarme en tus brazos para siempre, dormirme sintiendo el ritmo de tu respiración. Quiero seguirte, quiero que me sigas, quiero vivir con vos y amarte todos los días del resto de mi existencia.
Pero a la vez quiero que seas feliz. Donde quieras serlo.
Sos mi ancla. Sos el ancla más brillante del mundo. Pero en algún momento mi barco tiene que avanzar, y la tierra firme va a quedar atrás.
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