Te soñé. Te vi en un sueño, todo estaba bien. Vos estabas tan bien, tu piel era tan real y perfecta como una gota de agua, tu trajecito azul más azul que nunca, tus ojos brillaban tanto, irradiando felicidad, como si nunca nada hubiera pasado, como si nunca te hubieras ido. Como si estuvieses acá de nuevo, conmigo, con nosotros. Y perdón por a veces olvidarme de lo mucho que te extraño y te amo, porque fuiste uno de los tesoros más relucientes de mi vida y nunca, nunca te voy a olvidar.
1 comentario:
Entrañable post.
Un abrazo.
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