Había una vez una mujercita de 5 años muy, muy divertida. El verde de sus ojos se multiplicaba en contraste de sus rizos dorados, su sentido del humor despertaba millones de risas, alegrías, ocultaba la tristeza y te hacía sentir en la luna. Le encantaba inventar cosas. Le encantaba jugar juegos, pero sobre todo le gustaba ganar esos juegos. Abría su puerta y lo primero que veías era una nena alegre con una camiseta de Boca Jrs. que podría haberle entrado a un peluche. Para tener 5 años era una persona muy original. Teníamos un mundo abajo de su cama, donde entrábamos a zona tiza, donde jugabábamos a ser Star Fire y Terra. Pasabamos días enteros jugando a el Trampolín de 10 a 12 (y ojo, teníamos 5 años), al juego de Sócrates. Me acuerdo tan bien de su sonrisa el día que tuvo a su perrita, una schnauzer bellísima y cariñosa, como ella. Me acuerdo de las baldosas del patio, de la ubicación de los muebles, de lo que comimos la primera vez que me quedé a dormir a su casa. De la foto de su cumpleaños que decía "Para mi mejor amiga Valen", del jardín juntas, de estar jugando en la casita que antes había en mi patio.. Tan chiquita, tan inocente, despreocupada, tan feliz. Tal y como sus hermosos padres la habían educado. Su padre era una persona de caracter firme y jueguetón, carismático. Tenía el mejor trabajo del mundo: cuidaba dragones. Todavía recuerdo pasear en el enorme jardín y entrar a visitar a los dragones, escuchar los ruidos que hacían, grabarlos, cantar e inventar canciones. Y su madre, recuerdo como si fuera ayer sus ojos enormes y de ese color tan especial, mirándome, callándome, tranquilizándome, diciendo que no me preocupe, que no llore más, que era solo una noche, que a la mañana mi mamá iba a llegar. Que se iba a quedar conmigo hasta que me pueda dormir, y fue exactamente lo hizo. Y tantas imágenes se proyectan en mi subconsciente, y tantos años, y solo tengo un recuerdo completo y claro, y es el de ella conmigo hasta que me dormí.
Si existiera Dios, y si yo fuera Dios, me hubiera asegurado de que tuvieran siempre lo mejor, que vivan mil aventuras, que nunca pero nunca se caigan, y si lo hacían, que se levantaran. Porque personas tan hermosas merecen cosas hermosas. Una vez escuché en una película (Contacto de Cuarto tipo, si no me equivoco) algo que se me quedó grabado para siempre "¿Por qué a las mejores personas les pasan las peores cosas?", y se aplica tan bien en injusticias como éstas. Hay tan pocas palabras para una situación así, tantos sentimientos. Después de 10 años, despertar tantos recuerdos en solo un día.
Desde hace unas horas que siento que por minutos tengo 5 años y ella me mira, sonríendome desde la puerta con su camisetita, jugando las partes que yo no me animaba del Trampolín de 10 a 12, acostada en su cama donde veíamos Arnold y Los castores cascarrabias mientras tomabamos la leche.. y puedo jurar que no, no se lo merecía.
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