Un pomelo troceado en 4 pedazos, alguna motivación, la melodía de un piano, y el sol asomandose por la ventana.. Nada mejor para que venga la inspiración.

"Estaba aburrida, nostálgica, y melancólica. Jessica visualizó a su abuelo por unos segundos, y al notar que sus ojos estaban cerrados completamente, corrió hacia el bosque. Allí solamente quería estar sola. Mientras sus pasos tomaban velocidad, y el sonido de la ciudad disminuía, su mente comenzó a proyectar distintas imágenes de momentos que ella solía recordar cuando se sentía mal. De pronto, su corazón se aceleró y empezó a pensar profundamente en lo único que por el momento le impedía sonreír: Rupert. Recordó esos ojos negros como el acero clavados en los suyos, como si pudiera atravesarla con la mirada, haciendole sentir mil sensaciones distintas en solo un segundo. Recordó una sonrisa que iluminó su cara. Esas palabras, esas palabras también aparecieron, fríamente, al igual que su rostro. Ella no quería admitir que todo había terminado, no podía ser posible. Jessica se encontraba lejos de su casa, y decidió volver. No paró de pensar en todos los hermosos momentos pasados junto a Rupert. Su mente se tornó negra, ya no sentía sus pasos, y sin poder darse cuenta, sus brazos tocaron el suelo. Su vista se nubló, y no tenía aliento para pedir ayuda o gritar. Solamente, sus pensamientos se desvanecieron en el viento."