Hay algo tan falso en el contraste de lo que me decís y de lo que haces, hay una mentira tan grande. Son tan despreciables tus acciones, tu forma de hacer que todo tu entorno me vea como un monstruo. Sos tan predecible, sos tan básico. Tan obvio. 
Creo que tengo que agradecerte por extinguir con tus shows las gotitas de amor y cariño, y por ir enterrando de a poquito esa parte de mí a la que a veces le pinta extrañarte.
Gracias por hacermelo más fácil, gracias por generarme rechazo.
Gracias por facilitarme la tarea de querer alejarme de vos lo antes posible. Gracias por apagarme las ganas de hablarte para ver cómo estás, gracias por hacerme acordar que no vale la pena. Gracias por reírte de mí y por seguir lastimandome, porque si algo aprendí con vos, es que lo que duele a la larga es para bien.
Y lo que me duele ahora me va a servir para en un futuro poder decir "tuve razón".